Luego de haber prestado asesoría en varios de los proyectos llevados a cabo en Brasil durante el 2012, es interesante mirar el pasado y ver como la aviación nacional evolucionó durante este periodo.
Las estadísticas del operador estatal de aeropuertos, Infraero, muestran que en el 2012 los principales aeropuertos del país atendieron un total de 193 millones de pasajeros; 7,3% más que la demanda atendida en el 2011. Esta cifra es menor que la tasa de crecimiento observada durante el periodo 2003-2011 cuando los volúmenes de pasajeros crecían rápidamente a un promedio anual de 12,3%. Esta cifra también fue menor que el promedio regional pues los resultados más recientes publicados por el Consejo Internacional de Aeropuertos (referentes al mes de Octubre de 2012) indican que el tráfico en América Latina en total creció un 8,3% con respecto al mismo periodo durante el año anterior. No obstante, este crecimiento es mayor que el estándar internacional que según el mismo Consejo se estimó en un 4,2%.
De manera interesante, en medio de los esfuerzos de privatizar algunos de los principales aeropuertos de Brasil, la tasa de crecimiento fue mayor a la del promedio en los aeropuertos que ya habían sido privatizados (São Paulo Guarulhos, Viracopos, Brasilia, Natal) y en los que están a punto de ser privatizados (Rio Galeao, Confins). El crecimiento en Galeao (que atendió 17,5 millones de pasajeros en el 2012) fue particularmente notorio. Este grupo de aeropuertos en sumatoria, creció en un 10% con respecto a 2011 y el tráfico en los otros aeropuertos de Brasil creció a una tasa de 5,1%.
La desaceleración relativa del crecimiento del tráfico en Brasil no es sorpresa. El crecimiento del PIB de Brasil se redujo en 1%, y el desempeño macroeconómico en mercados claves como los de Estados Unidos y Europa ha sido débil. Por el lado de la oferta, algunas de las aerolíneas líderes han reducido capacidad a la luz de la baja demanda; TAM se ha enfocado en su unión “LATAM” con LAN de Chile y todas han enfrentado la presión generada por los altos precios del combustible para los aviones.
A pesar de los recientes cambios es probable que Brasil siga siendo un territorio interesante para inversionistas internacionales, como se puede notar en el interés privado en la próxima etapa de privatización de aeropuertos.
Factores como el gran tamaño del mercado, expectativas de crecimiento macroeconómico a largo plazo, el probable efecto positivo de la liberalización de tráfico internacional como consecuencia de la implementación de acuerdos de Cielos Abiertos (open skies) y las oportunidades de incrementar el nivel per cápita de vuelos debido al crecimiento del ingreso de la población; serán atractivos para los inversionistas.
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